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martes, 29 de noviembre de 2016

Lo que le sucedió a Chapecoense nos duele a todos

Desde nuestro humilde lugar en este fútbol mundial, el club Ferroviario Corrientes manifiesta su más profundo dolor, y el pésame a la familia de los jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, periodistas y todos los que viajaban en el avión, como así mismo a la familia del fútbol.


Nos identificamos mucho con este club del interior de Brasil, que la peleó y luchó bien de abajo, que supo sobreponerse al estar cerca de desaparecer.

La Associação Chapecoense de Futebol nació hace tan sólo 43 años y su desarrollo fue vertiginoso: ascendió de la cuarta a la primera división en tan sólo seis años y, sin hacer milagros, estaba a punto de jugar la final de la Copa Sudamericana. Su fantástica progresión fue el resultado de una gestión prudente, sin inversiones desmedidas y sin aspirar a más de lo que se presentaba en su horizonte. Cada conquista fue el fruto de un trabajo mesurado y responsable.

La fusión de dos clubes de Chapecó
El estado de Santa Catarina es una de las regiones con menos tradición futbolística de Brasil. Avaí (Florianópolis), Figueirense (Florianópolis) y
Guarani (Palhoça) son algunos de sus clubes. Todos con muy pocos hitos. Incluso, por la cercanía con Porto Alegre y ante la escasez de consagraciones de los equipos locales, Internacional y Gremio han llegado a ser muy populares.
Entre esas pequeñas entidades se encontraban el Atlético de Chapecó e Independiente Futebul Clube, que en 1973 decidieron unir fuerzas para superar una crisis deportiva e institucional, producto de que el fútbol de la zona se encontraba desorientado, prácticamente acabado.
El renacimiento y el roce internacional
Luego de estar al borde de la desaparición, el Chapecoense se reinventó. El club tenía deudas irredimibles y recurrió a un cambio de nombre legal para evitar la disolución definitiva. En 2003, apoyado por más empresarios de la ciudad, puso en marcha un proceso de reconstrucción, que culminó tres años después con la conquista de la Copa Santa Catarina.
Ese título fue la piedra fundacional de la época dorada del club, en el que sumó tres de los cinco campeonatos estatales que posee. Inició un ascenso paulatino y en 2013, con solamente 40 años de existencia, regresó al Campeonato de Serie A para consolidarse como un equipo de la élite del fútbol brasileño.

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